El hijo tiene un problema: necesita alguien con quien follar de inmediato. Y la madre, no tiene dinero suficiente para sus caprichos. Por eso, cuando le hace una propuesta indecente, la madura se deja follar por su hijo a cambio de dinero. Es un trato que los deja satisfechos a los dos. La guarra se desnuda, le agarra la polla para ver cómo la tiene y luego inmediatamente se coloca a cuatro patas para que pueda comenzar a taladrarla. Su hijo se la folla mejor de lo que esperaba y acaba corriéndose como
una puta en celo a la que el chico destroza en todas las posiciones que se le ocurren.