Lo de esta madurita no tiene nombre, la señora le hace una para a su marido en medio del restaurante. Pero ojo, no es la primera vez, en realidad le encanta pajear la verga de su esposo en lugares públicos. Ellos suelen salir mucho a cenar con una pareja de amigos, y aprovechan para hacer estas perversiones. Sus amigos les conocen bien así que no se sorprenden, y el resto del restaurante pues no se entera. Esa es la gracia de hacerlo en estos sitios, que mientras le saca la leche al marido en la mesa de al lado se están comiendo unas buena fabes...