A esta pareja les falta dinero para poder costearse sus gastos y pagar el alquiler, así que follan para ganar dinero sin importar que los estén grabando. Aceptan la oferta de meterse en un espacio transparente y ahí seguir las indicaciones que les han dado para follar de forma morbosa mientras, para más morbo, la madre de la chica está en la misma habitación. Su madre, que solo es una cajera de supermercado de 45 años, está avergonzada de que su hija sea tan puta, pero se tiene que joder. La hija saca sus buenas tetas para que el tío frote su polla en ellas y luego chupa como una buena putita obediente. Después se la folla rápido y la guarra no para de pegar esos típicos gemidos que hacen todas las japonesas al tener una polla en su coño.