En el código moral de las enfermeras se indica que no pueden tener relaciones con pacientes ni tampoco encariñarse mucho con ellos. Pero para esta guarra mexicana no hay nada que importe más que ser follada por el paciente del que se ha encaprichado y que desea que le meta la polla. Por eso, cuando nadie les ve, se acerca a él y al instante ya está mamando su rabo. Después de la chupada se le sube encima y comienza a cabalgar mientras vemos su gran culo. La follada continúa hasta que el paciente la pone en perrito y ahí la acaba de destrozar para correrse.